La diferencia en el tempo entre una canción y una poesía. El eterno reproche de saber que la idea más brillante de toda tu existencia la tuviste en el ascensor (y la olvidaste al salir de él). El estado de extrema consciencia en el que te das cuenta de la insignificancia implícita en todos los sucesos importantes de tu vida. De que ella está aquí para que tus canciones tristes parezcan más sinceras (esto ya lo cantaban los Magnetic Fields). Tuvieron que pasar cinco Metamorfosis de Kafka para que, de pronto, alguno hablara, luego hablara el otro, luego hablarais los dos a la vez y, al final, os quedaseis los dos totalmente callados. En la primera milésima de segundo fue la explosión. Supernovas y asteroides. Y sigues sin entender nada de lo que ha pasado.